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2010
(65)
- ► septiembre (3)
Chau 2009
Bronca
A que te estás enamorando
Síntomas:
- Empezás a tratarlo mal sin ningún motivo y, descubrís que todo lo que él hace te parece pésimo.
- Lo nombrás en cada conversación que entablás y tus amigas están cansadas de decirte que pares de hablar de él.
- Cuando se te acerca, una sensación de calor invade tu cuerpo. Es rara y en pocos momentos la habías sentido antes. No son nervios, no es miedo, es como un shock de electricidad que recorre cada centímetro corporal.
- En tu inconciente estás todo el tiempo queriendo saber algo de él, auque sea para criticarlo.
- Cuidás cada palabra, no sabés qué acotar y cuando lograste construir una oración coherente para decir, ya pasaron como dos horas y la conversación está en otro tema, por lo cual, no te queda otra quedarte callada.
- Empezás a contradecirte: Deseás que te hable, y si lo hace te cae mal, y si no lo hace te cae peor.
- Te ponés torpe. En el intento de simular que esa persona te da igual, te termina saliendo todo al revés: te chocás con todo, te tropezás y hasta te trabás cuando querés decirle algo.
Si bien cada persona siente y vive esta compleja situación de maneras distintas, algunos de estos puntos suelen pasarle a la mayoría de la gente. Si sentís estos síntomas no quiere decir que estés estrictamente enamorada de esa persona, si no que simplemente estás empezando a sentir cosas. Aunque no estén bien definidas, definitivamente, van en esa dirección y es importante tomarlo con la mayor calma posible. Si pensabas que este tipo de señales son complicadas de sobrellevar, todavía no entraste en la etapa más difícil que es cuando uno logra admitir lo que esa persona le importa. Pero bueno, eso ya sería parte de otra subida.
La salud de los enfermos (*)
Fácil engancharse, difícil terminar
Ella no se reconoce a sí misma y no piensa lo que hace, tan sólo “se manda”, sin preocuparse por el día de mañana. Él logró desequilibrarla hasta llegar a los niveles más altos de la demencia, la confunde, y parece no darse cuenta del peso y efecto que tienen sus palabras. Es que por momentos parece quererla en serio y le demuestra su cariño, pero al rato toma distancia y se vuelve más frío que nunca, como si ella fuera una completa extraña.
Tres posibilidades dan vueltas en su cabeza:
-La vida los cruza continuamente porque su historia va a resultar.
-Él la lastima para que ella se de cuenta de una vez por todas que tiene que terminar con esa inestable situación para ser un poco más feliz.
-O quizás, estos son simples traspiés que no significan nada, suceden para matar la rutina, y pronto pasarán.
Ella se pregunta cuál de todas será la correcta, pero cuando cree entender qué es lo que él quiere, sucede lo contrario y se desconcierta. No le sirve especular: Lo ve, lo escucha, le cree y al otro día todo vuelve a empezar.
Pasan semanas, tal vez meses sin que sepan nada el uno del otro, y como por arte de magia se encuentran de nuevo. A veces lo planean y otras no tienen ni idea de que se van ver, pero están ahí y no importa nada más, al menos en ese momento.
Entonces, como tantas otras personas, ella se vuelve a repetir la incógnita que no la deja tranquila: ¿Qué hacer?, ¿Esperar a que se decida?, “¿Dejar que fluya?”, como dicen muchos; ¿Abrir horizontes y probar cosas nuevas? Ella no sabe qué hacer y reconoce que, a pesar del tiempo, nunca pudo sacarlo de su cabeza.
Tiene miedo. Miedo de lastimar a otros en el intento de olvidarlo. Miedo de lastimarse a sí misma. Miedo de arrepentirse. Miedo de tomar la decisión equivocada. Miedo de no hablar en el momento justo. Pero lo que más la atemoriza es saber que cada día que pasa lo quiere un poco más.
Bzz-bzzz-bzzz
Pasará
Después de tanto tiempo, lo superaste. Ya no entrás a su Facebook, ni te fijás a cada rato sus estados en el Messenger. Ya no te lo encontrás de “casualidad” en boliches y no inventás diferentes excusas para hablarle. Se podría decir que la incertidumbre con la que viviste desde que te separaste de él, por fin terminó.
Y cuando parece que empezás a pasarla bien, te lo encontrás en todos lados. Te subís al taxi y te das cuenta que en la radio están pasando la canción que escuchaban juntos, de repente los amigos no paran de hablarte y lo peor que te puede pasar es que cuando salís a bailar (ya sin especular con que te lo vas a encontrar, y sólo pensás en pasar un buen rato con amigas), ahí está, sentado en una barra sonriendo como siempre.
En esos instantes uno se pregunta ¿Por qué?, y es muy probable que no haya ninguna razón específica (y aunque la hubiera jamás la sabrías). Simplemente pasa y hay que buscarle la vuelta para no retroceder. Aunque estas situaciones parezcan eternas, pasan, y después de un tiempo largo, se convierten en simples y pequeños recuerdos.
Una época especial
Se acerca Navidad, Fin de año y para muchos ésta es la época en que la mente se inunda de recuerdos, anécdotas y balances. Cosas que durante 2009 los deslumbraron y alegraron. Más de un momento que preferirían olvidar. Y también, acontecimientos que les hubiera gustado que pasaran, pero que por mala suerte o por destino, no sucedieron. Están a la expectativa, llenos de ilusiones para la nueva etapa que comienza, y también, a la espera por todo aquello con lo que se encontrarán sin saber, todavía, de qué se trata.
A veces, esta época que pretende desplegar alegría, suele ser la más nostálgica. Se agradece por los que están, se extraña mucho a los que se fueron y más de una vez se añoran los tiempos pasados; porque cuando eras chico, era todo mucho más simple. Esperabas a Papá Noel, comías pan dulce y después te quedabas dormido en algún sillón mientras los grandes seguían de festejo.
A medida que las personas van creciendo las cosas cambian y la forma de pasar estos momentos también. Pero si hay algo que perdura, por más que las fiestas vayan tomando diferentes formatos a lo largo de la vida, es el cariño de los amigos y la familia que va a estar siempre, en cualquier etapa del año.
Escribir
Hasta el cielo y más allá
Algunos se tiran a mirar el sol a esperar que las nubes se corran para recibir sus rayos. Otros no se quedan sentados y se mueven para encontrarlos.
A correr, caminar y saltar, pero por sobre todo, a no quedarse quietos. A sentir que se puede lograr lo imposible, porque la vida es una sola.
Martín Fierro y cía.
Hermanos.
Tema complicado si los hay. Que a los mayores los retan el triple, que los menores son más caprichosos y reciben ropa usada, grande o incluso rota, que del del medio nadie se acuerda. Que los varones tienen todo permitido y a las mujeres se les restringe todo.
Mitos, mitos y más mitos. En este mundo hay de todo: hermanos guardabosques, cariñosos, celosos, aburridos o distantes; hermanas ariscas, amistosas, envidiosas, compinches o peleadoras. Pero hay algo que siempre queda claro: estuvieron, están y estarán para siempre, son de las pocas personas en el mundo que resultan incondicionales SIEMPRE. Y cuando están un poquito lejos, se siente.