- Jorge Luis Borges -


"Uno está enamorado cuando se da cuenta de que otra persona es única"

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30.12.10

Creciendo con ellos




Los cambios son difíciles, especialmente para los padres que a veces no saben como manejar el hecho de que
sus bebés están creciendo. Uno lo ve desde el lado de hija y quiere que la comprendan, ya no como una pre adolescente que
tiene que enfrentar cambios junto a ellos, sino como una mujer que quiere empezar a SER por ella misma.





Se los entiende


Tienen miedo de que un extraño la lastime
¿con qué derecho?
¿cómo se atreve? ¿por qué a ella que es tan buena y merece lo mejor? Es comprensible, hace unos años, los mayores problemas pasaban por si la nena se peleaba con una compañera y con un abrazo de mamá se solucionaba todo. En cambio, ahora los conflictos son complejos y muchas veces no tienen solución. Por suerte, hasta hoy, esos abrazos siguen siendo los únicos capaces de alejar cualquier mal, aunque sea por un rato (se tenga la edad que se tenga).




Es hora de dejarlos volar


Ya les enseñaron cómo manejarse, qué hacer en caso de tener algún problema, y les hicieron la promesa de que en cualquier momento que necesiten algo, ellos van a estar para sus hijos. Ahora es su tiempo: tiempo de tomar decisiones propias, de asumir las consecuencias. Tiempo de equivocarse, de adquirir experiencias. Tiempo de seguir madurando, pero esta vez siguiendo una intuición propia.






La base más importante ya está y deben estar orgullosos de los hijos que criaron, y que ahora deberán acompañar. Quizá el mayor temor está en sentir que de pronto ellos no los van a necesitar más: están errados, sus hijos los van a necesitar más que nunca en las nuevas etapas de la vida que transiten.



Seguramente cuando se cambien los roles y las pequeñas se conviertan en madres se les haga igual o más difícil asumir que sus nenes ya crecieron, y entiendan porqué sus padres eran tan tercos con algunas cuestiones. Sí, van a modificar todo lo que no les haya gustado de su crianza, pero también van a sacar lo mejor de ella, porque cuando miren para atrás van a sentir una felicidad inmensa por los papás que les tocaron.

24.12.10

Dejemos huellas

Se acercan las fiestas, el encuentro con la familia, los balances. Se viene la típica tía quejosa que todos critican pero la quieren, más que a ninguna. El abuelo disfrazado de Papá Noel, que se muere de calor, pero la carita de de felicidad de los sobrinos, lo compensa todo. Las líneas de teléfono colapsadas y los mensajes que llegan con dos horas de atraso, como mínimo. El papá, anfitrión perfeccionista, parece un mozo fijándose que todos estén bien . Los perros que se esconden en los rincones para protegerse de los fuegos artificiales. La nostalgia, por los que ya no están, y los buenos augurios para los que están por venir.


Algunos la pasan solos, otros con toda la familia. Algunos le dan importancia, otros prefieren hacer como si fuese un día más. Algunos se escapan de la ciudad y otros eligen quedarse. Algunos la pasan con amigos, otros con sus parientes. Algunos piensan que son solo regalos, otros una celebración religiosa, y otros lo ven como el día perfecto para replantearse el año (en general), y ver qué puede hacer para mejorar el año siguiente.

No importa cómo la vea cada uno, la Navidad es la Navidad, al margen de las creencias y tradiciones, por más que se intente escapar de ella, no se puede. Está en las calles, en las casas, en las familias.

Que sea la excusa perfecta para empezar de nuevo, mirar alrededor, tomar conciencia de que no estamos solos en el mundo y que no todos tenemos las mismas posibilidades. Actuar, pensar(se), cuestionar(se) y, por sobre todas las cosas, hacer lo que cada uno tiene ganas de hacer.

Dejemos huellas en el mundo. Felices Fiestas para todos.

14.12.10

Despedida


Una vez más, vamos llegando al final de un muy buen año. Este es, particularmente en nuestras vidas, bastante especial. Después de tres años, terminamos una etapa que definitivamente nos marcó. No nos referimos solamente a los millones de conocimientos adquiridos, sino a las relaciones humanas que encontramos en ese edificio de Lavalle y Junín y que fuimos forjando a lo largo de los meses.



Cuesta mucho poner en palabras lo que se siente por estos días: además de la felicidad y el orgullo por cerrar de la mejor manera posible, nos invade también la melancolía, la nostalgia de pisar esos pasillos, subir las escaleras y encontrar un grupo de gente que, a pesar de los problemas, siempre espera con una sonrisa.

Hoy hay miedos: a lo nuevo, a empezar a demostrar todo lo que aprendimos y de lo que somos capaces, a desprenderse de aquello a lo que estábamos acostumbradas. Pero también estamos seguras y tranquilas de que estos años no pasaron inadvertidos, que lo nuevo que vendrá también será bueno y que, para nuestra suerte, hay cosas que nunca se van a borrar de nuestra memoria.



Revelarnos en el papel
Es increíble ponerse a leer las carpetas de otros años y descubrir cuánto cambiamos. Frases hechas que hoy detestamos, recursos en común, giros del idioma y saltos típicos de cada una. Si hay algo donde nos vemos reflejadas, es en nuestros textos, sobre todo en los que, aunque pocos allegados puedan notarlo, son autobiográficos.


Sin ir más lejos, en este blog plasmamos situaciones que hoy nos parecen remotas e imposibles. Incluso, lo que nos preocupaba en ese momento, hoy es una anécdota sin importancia, hasta diríamos ridícula. Pero no podemos apartarnos de eso, porque fue parte de nosotras.

Lo que queda
  • Proyectos y sueños, más desarrollados que a principios de 2008.
  • Referentes, tanto del periodismo como de la vida.
  • Experiencias, situaciones que no pensábamos poder resolver, y sin embargo nos probaron a nosotras mismas.
  • Risas y algunos llantos.
  • Extensos días, tardes y noches de trabajos prácticos, mechados con charlitas íntimas.
  • Amistades de las buenas e incondicionales.
  • Y sobre todo, ganas de quedarnos un ratito más.
12.12.10

Arriba el ánimo

¿Estás deprimida? ¿dolida? ¿te sentís incomprendida? ¿necesitás una disculpa? (¿necesitás pedirlas y no sabés cómo?) ¿estás en esos días en que nada te cae bien?

Tomate dos segundos para preguntarte si el tiempo que invertís en eso no podría usarse para sentirte bien. A todas aquellas que se identifiquen con alguna de estas situaciones -perfectamente normales y que todas pasamos de vez en cuando- les dejo esta canción que muchas veces sube el ánimo.






Explotá tu potencial y tus virtudes. Sonreí con frecuencia. Llorá de alegría. No dejes pasar las oportunidades. Sé VOS.
7.12.10

City warming

CALOR. Nada de lo que te ponés, sirve. Ni se te pasa por la cabeza sentarte en el tren o el colectivo, para no levantarte completamente empapada. Estás en la facu y de repente hace frío polar, para cuando salís, bienvenida al horno de nuevo.

¿Con qué vestirte? ¿Cómo sacarte el dolor de cabeza? ¿Cómo lidiar con los transportes públicos? ¿Cómo no resfriarte con los cambios bruscos de temperatura?

Hace calor, gente, y no existe forma celestial de sacarlo de encima. Llevate una botella de agua en la cartera, un desodorante (SIN FALTA) y muchísima, pero MUCHÍSIMA, buena onda que dentro de poco se viene fin de año y, para algunos, empezará el descanso.
6.12.10

Sola

Sentada en un banco gris. Espera, no sabe bien qué.
Ve pasar a una pareja de abuelos, tomados de las manos. Él cuenta una anécdota de sus 16 años. Ella, que seguramente ya la sabe de memoria, se ríe a carcajadas. Se besan y siguen su camino. Al rato, un nene corre entusiasmado. Lleva un ramo de florcitas robadas, que su mamá recibe como el mejor regalo de su vida.
Pero ella sigue en el banco. Triste, piensa en cómo rehacerse. Tenía todo planificado, la ilusión de un camino juntos. Pero se fue. No hay vuelta atrás, no va a volver. Y ella, dos horas después, no sabe qué hacer, más que dejar caer una lágrima viendo cómo se desmorona su mundo ideal.

Lo que no tiene en cuenta es que su vida sigue. Con bajos y altos, pero sigue. Y tiene todo un nuevo camino por recorrer.
5.12.10

Pienso


Nota al lector: No suelo escribir en primera persona, a veces para plantear una distancia entre vos, que estás leyendo, y yo (me incomoda ser la protagonista). Otras, para no delatarme en público. Esta vez no me quedó otra, no quiero -ni puedo- apartarme. Cosas que siento, cosas de las cuales no puedo desprenderme. Sepan disculpar.






A veces pienso demasiado


Pienso en mi abuela que ya no está conmigo, no porque haya muerto, si no porque ella decidió no volver a vernos a mis hermanos y a mí. Pienso en el destino, tan incierto y tan inalcanzable. Pienso en aquellas personas que conocí a en la vida, pero siguieron de largo, no se quedaron.

Pienso en todas las cosas que me gustaría que sucedan, pero sólo con paciencia se llevarán a cabo.

Pienso en la escuela. Cuando todo se vuelve complicado, recuerdo aquellos años en los que la vida parecía un poco más simple.

Pienso en la fugacidad del tiempo, y a veces hasta me angustio.


Por lo general, recuerdo esas cosas en el tren cuando voy a al facu o cuando apoyo la cabeza en la almohada antes de quedarme dormida.



A menudo sueño despierta


De repente me quedo inmóvil, mirando a la nada, a veces imaginando qué tan anciana estará esa mujer que tantas veces extrañé y que hoy lloro en silencio. O qué andarán haciendo en ese preciso momento aquellos con los que alguna vez coincidimos en el camino y ya no me los encuentro más.

Pero para mi suerte, suelo dedicar la mayoría de mis pensamientos, y con mucha más frecuencia, a todos aquellos que hoy están conmigo. Esos amigos que, a pesar de los tropiezos y contratiempos de la vida, todavía te dan abrazos y besos.

Pienso en mis viejos, que tanto trabajaron para darnos a mis hermanos y a mí lo mejor que pudieron. Aquellos que me aceptan tal cual soy y me enseñan a convertir en una persona mejor.

Pienso en mi novio, en la suerte que tuve al encontrarlo entre tanta gente que muchas veces lastima sin darse cuenta. No intenta cambiarme, me acepta, sin peros, sin vueltas.

Pienso en aprovechar el tiempo, en mantener contacto con la gente que realmente vale la pena –y para la cual, valgo la pena- y me manejo con la convicción de que los días no deben pasar en vano.


Y mientras camino por calle Corrientes para volver a mi querido barrio, y la gente me mira como si fuera una loca que sonríe de la nada, pienso en lo afortunada que soy. Por suerte, también pienso en estas cosas.

1.12.10

Brainstorming


Planes

Familia, belleza, esperanza, sueño, ganas, miedos, amor, viajes, arte, amigos, colores, trabajo, escritos, comunicación, incompleto, estudios, deseos, complicación, libros, ciudades, extrañitis, pérdida, ilusión, agradecimiento, comienzo, idas y vueltas, calles, reencuentro, diversión, incertidumbre, sabores, fiesta, fin.